domingo, 30 de septiembre de 2012

"Noche sobre Arcadia y otros Poemas"



Pagina web del libro

El pasado Agosto publiqué mi primer libro, titulado "Noche sobre Arcadia y otros Poemas". Dentro de esta colección incluí versiones ligeramente mejoradas de varias piezas anteriormente posteadas en este blog.

Por ahora en papel, "Noche sobre Arcadia" saldrá proximamente en formato e-book.

Contenido del libro:

Epigrama de lo pasajero
Contemplativo
Un Ocaso Temprano
Otoño
Carla
Existir
Árbol y hombre
La fria doncella intempestiva
Lo hermoso
Penurias y goce cabal
Fundido en ti deseo vivir por siempre
Cuando la muerte ya no nos acecha
La despedida
El anacoreta
Las grandes dichas que nos da nobleza
La edad vieja
Vida
El desierto
Nacimiento
Timidez
Tango
Al canticum canticorum de palestrina
Lección de vida
La fortuna
Nublado
Brahman
Soneto 
Visiones de aysén
          I - Atardecer
          II – La escalinata de piedra
          III – Lago cóndor
          IV – Montañas
          V – Lago caro
Anhelo fugaz
Niñito
Epigrama
Noche sobre arcadia – un relato poético
Epigrama de lo permanente

sábado, 26 de mayo de 2012

En Santiago, así como en Rengo

Cuando siento la urgencia de andar
por la calle sin darme a destino,
hasta el aire de esta ciudad
me da nueva energía y bríos.

Lo que veo, lo que oigo, o siento,
excitada una vez mi atención,
es un mundo, que vario e inmenso
sobrepasa a la imaginación.

Hoja grande, cual nalca, cobriza,
que caída de lo alto del árbol,
la necrópolis lleva a la vista
de los que alguna vez la habitaron.

Cientos más de estas caen sin pausa,
la curiosa visión conformando,
como luto de la exuberancia
que en Septiembre empezó su reinado.

Mariposa, de blanco cubierta,
demorando su eterna caída:
ella está para que otros la vean
y la admiren por serles tan linda.

Y a la niña, que en mes caluroso
tan exigua miré de vestidos,
el rubor la traiciona, y sus ojos,
del calor que aún lleva consigo.

Tal sucede en Santiago, y aún
cada otoño que aquí he residido.
Pero ve más al norte, o al sur,
y verás siempre casi lo mismo.

Por ejemplo, ve a Rengo este finde
y camina a través de sus predios,
do la tierra duraznos concibe
o do puedas hallar el silencio.

O un estero, fluyendo de un cerro,
que contrario a caer no se muestra.
Si caer es su ser por entero
tal como a los ojos demuestra.

Velo, velo fluir sin reposo,
agitado y cambiante este estero,
despidiendo reflejos de oro
bajo el puente de donde lo veo.

Donde advierto a futuros expreso
una simple expresión de añoranza
que, presente por sobre el cemento,
la tan áspera forma engalana.

Muchos he visto de estos escolios
decorando los postes y casas,
la del Conde Mateo de Toro
inclusive, por sobre la placa.

Me sonrío con el pensamiento
que, movidos de ardor juvenil,
han creado de sí un monumento
que ni el tiempo podrá derruir.

Si su amor fondeará en descendencia,
trascendiendo a objetos creados,
suscitados por la conveniencia
y la mera invención del humano.

Estas cosas me dijo mi alma,
en Santiago, así como en Rengo.
Y acordándome de la muchacha,
volver quise a las calles de nuevo.

(Mayo de 2012)

© Felipe Serra

viernes, 13 de abril de 2012

Cuando el día dase al reposo

Cuando el día dase al reposo
y todo en el orbe es silente
comienza el anhelo de gozo
a hablar en cada alma viviente.

Cuando Noche cubre a la tierra
con un tocado más que oportuno,
y toda vergüenza destierra
de los dos que harán solo uno.

Mas lo que la noche recata
ve con ojo límpido y pleno
la luna de faz timorata
siempre que esté el cielo sereno.

En su ambular lento y curioso
a través del gran firmamento,
¿no crees al astro celoso,
viendo a tanto amante contento?

(Abril de 2012)

© Felipe Serra