En parajes pedestres de la Italia
do Febo tibio calor despliega,
tras cerro que en sueño se anega,
se despliegan como verdes aralias
las esteras vivas de los laureles,
que en tierra ancestral de poetas
ciñe la hoja feliz sus cabezas,
protegidos de la noche perenne.
Aún entre muchos embarullado,
siempre intenso, erguido, siempre fuerte,
como al que no lo toca la muerte:
así surge la legión de los nombres
para alegrar la vida de los hombres,
¡Esos poetas de copiosas mientes!
© Wilhelmus Blaranzita
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