Carla, son tus castaños ojos
motivo de mi perdición.
Te imploro tu compasión,
pon a tu iris los cerrojos.
Me pierdo en paroxismo,
en tu mirada pesarosa,
honda, viva y ardorosa,
lascivo, tenebroso abismo.
¿Juegas tú con mis sentidos
a todo propósito tuyo
o es acaso como intuyo
y mutuos son los vahídos?
Hay algo de esa intención
en tus vivas formas candentes.
Entre lineas veo ausentes
el pudor y la remisión.
Mayo de 2010
© Wilhelmus Blaranzita
Me gusta la cadencia de este poema, saludos,
ResponderEliminarTu poema me trajo el recuerdo de la novela PRIMER AMOR, de Iván Turgueniev.
ResponderEliminarSaludos: ML